martes, 19 de mayo de 2015

Solomillo Wellington




Otro clásico, de esos que me encanta hacer incluso aunque no sea una ocasión especial. Un domingo cualquiera se transforma en un domingo de fiesta con un solomillo Wellington. En esta ocasión utilicé un solomillo de cerdo ibérico, pero esta misma receta puede hacerse con otras carnes, tanto de cerdo como de ternera, con la única salvedad de que si utilizamos cerdo la carne debe quedar perfectamente hecha, mientras que si usamos ternera puede quedar al gusto de cada uno (si es al mío quedaría media cruda y diciendo muuuuu!!!!). En cualquier caso, es importante que no nos pasemos con la cocción en ningún caso, para que no quede seca.


Ingredientes:
1 solomillo de cerdo ibérico
300 g de setas, las que más os gusten
6-8 lonchas de beicon ahumado
1 cuchara de mostaza de Dijon o de mostaza a la Antigua
1 lámina de masa quebrada o masa brisa
1 huevo
Sal, pimienta y aceite de oliva
Preparación:
Picamos las setas bien pequeñitas, las salteamos en una sartén con un poco de aceite y las aliñamos a nuestro gusto. Sazonamos el solomillo y lo marcamos en una sartén muy caliente. No queremos que quede hecho, queremos que se dore. Lo dejamos enfriar y lo untamos con la mostaza. Extendemos un trozo de film de cocina sobre la mesa y disponemos sobre él las lonchas de beicon de forma que queden un poco superpuestas. Extendemos las setas sobre el beicon y ponemos sobre estas el solomillo. Enrollamos todo, ayudándonos con el film, para que quede bien sujeto. Enfriamos durante 20 minutos.


Mientras tanto extendemos la masa y cortamos dos rectángulos. Uno de ellos ha de ser solo un poco más grande que nuestro solomillo (que sobre más o menos 1 cm todo alrededor) el otro ha de ser bastante más grande, ya que ha de servirnos para cubrir todo el solomillo, como si fuera una sábana. Quitamos el film al solomillo, lo disponemos sobre el trozo de masa pequeño y pintamos alrededor con huevo para que al disponer el otro trozo de masa por encima, ésta se pegue. Nos aseguramos que quede bien sellada y si queremos podemos hacerle algún dibujo sencillo a la masa con un cuchillo afilado, pero sin presionar, para no cortarla, por ejemplo unas rayas.
 


Pintamos con huevo toda la superficie y llevamos al horno durante 30 o 35 minutos (dependiendo del tamaño del solomillo) a 200ºC. Dejamos reposar unos minutos antes de cortar y servimos inmediatamente después de cortarlo. Buen provecho!


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