domingo, 31 de enero de 2016

Pastel del oso de peluche



En otras ocasiones os he enseñado pasteles decorados con una figura de fondant, es decir, comestible, pero aún no os he explicado como modelarlas. Puede parecer complicado, pero en realidad se parece mucho a los trabajos manuales que haciamos de pequeñitos en el cole, solo que en lugar de usar plastilina, usamos material comestible y por lo tanto hemos de extremar las condiciones de higiene.

Nuestro material comestible será fondant, al que le agregaremos una pequeña cantidad de CMC (carboximetilcelusosa). La cantidad a agregar será 1 cuchara pequeña por cada 250 g de fondant. También podemos usar pasta de goma al 50%. Comenzamos por modelar una bola de color gris, que aplanaremos un poco a los lados para hacer la cabeza. Un cilindro para el hocico y dos medios círculos para las orejas, a los que les haremos una hendiduras con una esteca de bola.


Por otra parte haremos el cuerpo con una bola más grande que aplanaremos más aún que la cabeza y daremos un poco de forma a la altura de los hombros. Para los brazos haremos dos cilindros que estrecharemos un poco hacia los hombros. Para las piernas dos cilindros más gruesos que cortaremos de forma biselada a la altura de lo que serían las caderas del oso. Por último haremos una bola que cortaremos en dos: cada mitad hará las veces de un pie.

Montamos todas las piezas uniéndolas con un poco de pegamento comestible y si es necesario podemos incluso atravesarlas con un palillo que sostenga por ejemplo la cabeza, que pesa más. Cubrimos el cuerpo con un poco de fondant de color azul para hacer la sudadera, pero dejando sin cubrir un trozo por delante para hacer la cremallera: con un palillo marcaremos la cremallera, pondremos unas bolitas diminutas de fondant para hacer los extremos de la misma y pintaremos con pintura comestible metálica plateada, con cuidado de no pintar la sudadera.

Para que nuestro oso parezca de peluche necesitamos que tenga pelo: con una esteca o un palillo iremos haciendo pequeñas rallitas por toda la suoperficie del cuerpo del oso, excepto las plantas de los pies. Tampoco hará falta que se las hagamos a los brazos, porque también los cubriremos con el azul de la sudadera. En realidad, como veis en las fotos yo le puse los brazos casi al principio del montaje, pero os recomiendo que los pongais casi al final, ya que os facilitará la tarea de "vestir" al oso con la sudadera.
 
Finalmente haremos todos los detalles: ojos, nariz, boca (con una esteca en forma de U), el cuello de la sudadera, así como los dibujos o colores extras que queramos agregarle. Como también podemos ver en las fotos, el montaje lo hice sobre una pequeña bandeja, para permitir que luego se seque sobre ella (mínimo 24 horas), sin tener que manipularlo demasiado hasta el momento de ponerlo sobre nuestro pastel.

Y para que nuestro oso disfrute sus pocas horas de vida en un entorno agradable antes de que nos lo zampemos, nos dedicamos a recrear todo un bosquecillo con cesped, flores, setas, mariposas y hasta una valla... ¿los osos de peluche no viven en bosques? ¿en los bosques no hay vallas? ¿por qué no? ¡imaginación al poder!. Espero que os haya gustado. ¡Hasta pronto!

 
 

domingo, 24 de enero de 2016

Trenza de higos y almendras




En una fría tarde de domingo ¿qué puede apetecernos más que un reconfortante dulce para merendar? Esta sencilla trenza resulta perfecta para una merienda o un desayuno de fin de semana. Es importante que para prepararla utilicemos una mermelada de calidad, que aporte un sabor intenso. Si lo preferimos, también podemos substituir la mermelada por chocolate, dulce de leche o crema pastelera. Pero aún más importante es hacerla con paciencia, dándole a la masa el tiempo que necesite para fermentar.
Ingredientes:
320 g de harina de fuerza
100 ml de leche
12 g de levadura fresca
1 huevo
60 g de azúcar
2 g de sal
30 g de mantequilla fría
1 cuchara pequeña de canela
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
Mermelada de higos
Almendras fileteadas
Preparación:
Comenzamos por hacer una masa de arranque con 90 g de harina de fuerza, 60 ml de leche y la levadura. Mezclamos todo, hacemos una bola de masa y la dejamos reposar toda la noche en un lugar fresco y bien tapada para que no se seque.



A la mañana siguiente unimos a esta masa de arranque el resto de los ingredientes, excepto la mermelada y las almendras, y dejándonos para el final la leche y la mantequilla fría. Podemos hacer esta operación tanto a mano como en el robot. Amasaremos durante unos 10 minutos y dejaremos reposar la masa en un cuenco, tapada, hasta que doble su volumen, lo que puede llevarnos 2 o 3 horas. Entonces dividimos la masa en 3 partes iguales y estiramos cada una de ellas en rectángulos estrechos. Sobre cada rectángulo pondremos la mermelada todo a lo largo y plegamos la masa de forma que la mermelada quede en su interior. Con las palmas de las manos movemos la masa ligeramente sobre la mesa para formar 3 cilindros que estarán llenos de mermelada. Trenzamos los cilindros, con cuidado de no romperlos y de que no nos salga fuera la mermelada. Como explicaba más arriba, si no nos gusta la mermelada de higos podemos ponerla de otro sabor, o incluso podemos rellenar nuestra trenza con chocolate o cualquier otro dulce. Tapamos la trenza y la dejamos reposar hasta que doble su volumen. Finalmente la pintamos con yema de huevo y le ponemos por encima unas almendras fileteadas y un poco de azúcar. Si lo preferimos, también podemos reducir un poco de mermelada (calentándola al microondas con un poco de agua) y utilizarla para pintarla en lugar del huevo, en cuyo caso, solo espolvorearemos con las almendras fileteadas. Horneamos a 180º C durante unos 15 o 20 minutos, hasta que tome un bonito color dorado.



Dejamos enfriar sobre una rejilla y ya estará lista para la merienda o el desayuno. ¡Buen provecho!

martes, 12 de enero de 2016

Tarta de caramelo salado y chocolate




En esta época del año en la que a todo el mundo le preocupa recuperar la línea después de las fiestas, aparezco yo, después de unos cuantos días sin pasarme por estas páginas, para enseñaros este despropósito para la dieta que es una tarta de caramelo salado y chocolate. Porque sin ninguna duda, este no es un postre ligero. No es para los meses de verano. No es para “un trocito pequeño para probar y nada más”. No, es un postre excesivo y decadente… vamos, de los que me gustan…
Para la masa de chocolate
100 g de harina
30 g de cacao sin azúcar
70 g de mantequilla fría
50 g de azúcar
2 yemas de huevo
Para el caramelo
300 g de azúcar
120 ml de agua
120 g de nata 35% de material grasa
70 g de mantequilla salada (o mantequilla sin sal + 1 cuchara pequeña de sal)
Para la ganache de chocolate
120 g de nata 35 % de material grasa
120 g de chocolate negro troceado


Comenzamos por preparar la base de masa, haciendo un arenado con la mantequilla, el azúcar, la harina y el cacao: como la mantequilla estará fría, al unirla a los otros dos ingredientes se obtiene una mezcla con aspecto de arena. Formaremos la masa al agregarle las yemas de huevo a este arenado. Esta masa no debe amasarse más que lo justo para unir los ingredientes y tiene que dejarse enfriar en la nevera como mínimo durante ½ hora (también se puede hacer el día anterior, e incluso se puede congelar). Estiramos la masa para forrar el molde en el que vayamos a hacer nuestro pastel y la llevamos al horno a 180º C durante 15 minutos. Es importante que la pongamos en el horno con un peso por encima para que no se hinche ni se deforme. Ponemos un trozo de papel vegetal o de papel de plata y sobre él unos garbanzos secos, lentejas, piedrecitas, etc… Pasados los primeros 10 minutos de horno retiramos el papel con el peso y dejamos que se acabe de hornear. Enfriamos y reservamos.


Para preparar el caramelo ponemos el azúcar y el agua en una olla a fuego medio y cocinamos sin remover hasta que el azúcar se disuelva y comience a tomar color de caramelo. Apartamos la olla del fuego y añadimos la nata con cuidado, ya que reaccionará haciendo muchas burbujas. Volvemos al fuego y cocinamos durante un par de minutos más, removiendo constantemente. Volvemos a retirar del fuego, añadimos la mantequilla y removemos bien hasta que quede homogéneo. En principio esta receta se hace con mantequilla sin sal y se le agrega una cuchara pequeña de sal. Pero personalmente, me gusta más hacerlo con mantequilla salada, ya que el toque de sal es más sutil y es más fácil que el sabor se reparta homogéneamente por toda la mezcla. Dejamos que el caramelo se enfríe ligeramente y vertemos sobre la masa de chocolate. Enfriamos en la nevera durante 4 o 5 horas.  Finalmente preparamos la ganache calentando la nata casi hasta que hierva (pero sin llegar a hervir). Vertemos en ella el chocolate troceado, lo dejamos reposar 1 o 2 minutos y removemos con paciencia hasta que todo el chocolate esté fundido. Ponemos el chocolate sobre el caramelo y volvemos a la nevera durante 2 o 3 horas más antes de servir. Podemos espolvorear la tarta con flor de sal o decorarla con lo que más nos guste.