jueves, 29 de mayo de 2014

Corazones de fresa



Las galletas de comunión gustaron mucho. Pero la verdad es que son muy laboriosas. Así que vamos a aprovechar la receta haciendo unas más fáciles… y también más sabrosas porque están rellenas de fresa.



La receta básica de las galletas es la misma, la repito para que no queden dudas:
Ingredientes:
200 g de mantequilla sin sal
150 g de azúcar glasé
1 huevo
2 cucharas pequeñas de vainilla líquida o en pasta
½ cuchara pequeña de sal
420 g de harina

 

Preparación:
Batimos ligeramente la mantequilla, añadimos el azúcar glasé y continuamos batiendo a velocidad baja durante poco tiempo. Agregamos el huevo, la sal y la vainilla. Luego la mitad de la harina y batimos hasta integrar. Después la mitad restante y volvemos a batir. Amasamos bien el resultado y terminamos haciendo una bola con la masa para ponerla a enfriar en la nevera.



Cuando esté bien fría la estiramos con un rodillo y unas guías (o con un rodillo de niveles) para que todas nuestras galletas tengan el mismo grosor. Volvemos a enfriar la masa y cortamos las galletas con forma de corazón. Las disponemos sobre la fuente donde las vayamos a hornear y las volvemos a enfriar. Horneamos a 170º C durante 10 o 12 minutos, aunque esto depende del tamaño y el grosor de los corazones.



Una vez las galletas están frías las unimos de 2 en 2 con mermelada de fresas. Podemos usar mermelada comprada, aunque en este caso la hice yo misma, para asegurarme de tener una mermelada espesa, que pegase bien las galletas y no chorrease. Por si alguno no lo sabe, hacer mermelada es la cosa más fácil del mundo: se trata de pesar igual cantidad de azúcar que de fruta troceada y ponerlas al fuego hasta que adquieran la consistencia deseada.



Finalmente las decoramos con glasé real (clara de huevo + azúcar glasé + unas gotas de limón), aromatizado con unas gotas de esencia de fresas y antes de que se seque el glaseado espolvoreamos con unos sprinkles. Ñam, ñam…


viernes, 23 de mayo de 2014

Cupcakes de frutos rojos con crema de mantequilla de merengue suizo




 

Lo prometido es deuda: hace mucho que había prometido alguna entrada con unos cupcakes que tuvieran su frosting de crema de mantequilla. Pero me resistía a ponerlos, porque no soy una gran fan de la crema de mantequilla… me resistía hasta hoy… ¿por qué? Porque probé a hacer la crema de mantequilla de merengue suizo con sabor a frambuesa y como últimamente estoy obsesionada con las frambuesas… y además de toda la vida estoy obsesionada con los arándanos… se puede decir que los frutos rojos se confabularon en mi contra, vencieron mis reticencias y se ganaron un sitio en mi blog. Así que, vamos a por unos cupcakes de frutos rojos con frosting incluido.
 

Ingredientes para la base de los cupcakes:
55 g de mantequilla a temperatura ambiente
150 g de azúcar
1 huevo
½ cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
120 ml de leche
1 cuchara grande de zumo de limón
150 g de harina
½ cuchara pequeña de bicarbonato
1 cuchara pequeña de vinagre blanco
100 g de arándanos, frambuesas, moras o lo que más o guste
Preparación:
En primer lugar unimos la leche con el zumo de limón, para que se corte y forme algo parecido al buttermilk (si encontráis buttermilk, aún mejor). Precalentamos el horno a 170ºC y preparamos la bandeja para cupcakes con 12 moldes o cápsulas de papel.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta integrar perfectamente y añadimos el huevo y la vainilla sin dejar de batir. Añadimos la mitad de la harina, tamizada. Luego nuestro buttermilk casero y a continuación el resto de la harina tamizada.
 

Por último, en un bol pequeño o una tacita, echamos el bicarbonato sobre el vinagre, lo cual, como es de esperar formará burbujitas (unos más, otros menos, pero todos hemos estudiado algo de química en el cole) y antes de que las pierda lo agregamos a la mezcla. Llenamos cada molde hasta ¾ de su capacidad y agregamos 3 o 4 arándanos, o frambuesas, o moras a cada uno.
Horneamos a 170º C durante unos 20 minutos o hasta que estén cocidos y los dejamos enfriar sobre una rejilla. Mientras tanto preparamos el frosting.
 

Ingredientes para la crema de mantequilla de merengue suizo:
1 clara de huevo
80 g de azúcar
220 g de mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharas pequeñas de pasta de frambuesa
Lo primero que he de decir es que se trata de la misma crema que utiliza Ivana en Cupcakes a diario, solo que ella la hace con albúmina, que es perfecto cuando se trata de hacer cupcakes para un catering, para la venta, en grandes cantidades, con antelación… pero doy por supuesto que mis lectoras/es los harán en casa, para la familia y con ingredientes que puedan encontrar en el supermercado, así que he adaptado la receta para hacerla con claras de huevo. Ponemos el azúcar y la clara a baño María, removiendo hasta que el azúcar se disuelva y sin dejar que la temperatura suba mucho. Pasamos la mezcla a la batidora y la montamos hasta tener un merengue firme y brillante. Entonces añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, poco a poco y removiendo constantemente hasta obtener una crema suave y brillante. Finalmente añadimos la pasta de frambuesa (o de lo que queráis).
 

Por último ponemos la crema en una manga con boquilla y decoramos los cupcakes, con la manga siempre en posición vertical. Coronamos cada cupcake con un arándano, o con el fruto que os guste y a comer!. ¡Animaros a probar!


viernes, 16 de mayo de 2014

Pastel Avión




¡Uf! ¡Cuántos días sin escribir nada! Es que he estado un poco ocupada, haciendo entre otras cosas, el pastel que os presento hoy.
 


Hacer un avión con el propio pastel me parecía una tarea imposible (a no ser que tuviese unas dimensiones que estaban muy por encima de lo que necesitábamos en este caso). Por lo que consideré que era el momento apropiado para probar lo que los americanos llaman “rice krispie treats”. Se trata de una pasta de cereales de arroz y nubes, que puede modelarse, dándole la forma que queramos. Tiene buen sabor, poco peso y nos permite un modelado más sencillo que el de un bizcocho con cuchillo. Es muy fácil, aquí va la receta:
 


Ingredientes:
140 g de nubes o marshmallows
3 tazas de cereales de arroz inflado (también valen los que llevan chocolate o incluso los de trigo inflado)
2 cucharas soperas de mantequilla sin sal


Preparación:
Ponemos en una olla a fuego muy suave la mantequilla hasta que se derrita. Agregamos las nubes y removemos constantemente hasta que se deshagan, lo cual nos llevará unos 5 minutos. Apartamos del fuego y añadimos los cereales.
Removemos muy bien y dejamos enfriar unos minutos, lo suficiente para no quemarnos al tocarlo. Nos engrasamos bien las manos con un poco de mantequilla y trabajamos la pasta como si fuese la plastilina de los niños, para darle la forma que deseamos, en este caso, un avión, es decir: el cuerpo del avión, las alas, los motores, etc. Si tenemos moldes de silicona, también nos sirven; como veis, en mi primera prueba lo intenté con unos corazones.



Dejamos secar nuestras figuras durante 24 horas, hasta que obtengan la consistencia de una barrita de cereales y procedemos a alisar las superficies. Para ello rellenamos los huecos que queden en las figuras cubriéndolos con pequeños pegotes del mismo fondant con el que luego lo vayamos a cubrir.
 


Cortamos las piezas que lo necesiten con un cuchillo: por ejemplo para las alas hacemos unas planchas lisas de cereales, que luego cortamos a la medida que nos interese. Cubrimos luego toda la superficie de nuestras piezas con fondant, en este caso blanco, y las pegamos entre si con glasé real. Finalmente con un rotulador comestible hacemos todos los detalles, desde las puertas y ventanas, hasta las ruedas o los motores.



Y lo ponemos encima del pastel… ah! claro, de hornear el pastel no nos libramos. En este caso, por si os interesa saberlo, se trata de un pastel de chocolate negro relleno de ganache de chocolate blanco con frambuesa (tengo últimamente una obsesión con las frambuesas!!!), para chuparse los dedos. Lleva su mini pista de aterrizaje y un cielo con nubes. A ver quien se atreve a hacerlo!


miércoles, 7 de mayo de 2014

Pan con chocolate... y algo más



La merienda más tradicional de cuantas se nos podrían ocurrir es el pan con chocolate. Pero, ¿y si nuestro pan ya lleva chocolate? ¿y si además lleva pistachos y semillas de sésamo? ¿y si, por si eso fuera poco lo aromatizamos con una pizca de canela? Entonces empezaremos a desear que se haga la hora de la merienda… y a ser posible que tengamos 12 años :)




Para volver a la infancia, estos son los ingredientes:
250 g de harina de semifuerza
4 g de sal
150 ml de agua mineral
5 g de levadura fresca
70 g de gotas de chocolate negro
50 g de pistachos
1 cuchara grande de semillas de sésamo
1 pizca de canela



Preparación:
Unimos la harina de semifuerza (mitad de harina de fuerza, mitad de harina normal) con la sal y el agua y amasamos durante al menos 10 minutos. Es importante hacer un muy buen amasado para activar el gluten e incorporar aire. Al principio la masa será muy húmeda, lo cual hará difícil el amasado, pero poco a poco irá tomando consistencia y elasticidad. Cuando la masa esté perfectamente lisa, añadimos la levadura fresca desmenuzada (sin diluir ni nada), las gotas de chocolate, los pistachos, el sésamo y la canela, y continuamos amasando hasta que esté todo muy bien integrado. Es importante asegurarnos de que la levadura ha quedado integrada de manera uniforme en la masa. Entonces dejamos descansar la masa en un cuenco tapado en la nevera, hasta el día siguiente. Esta primera fermentación lenta hará que nuestro pan tenga mejor sabor.




Sacamos la masa de la nevera, dejamos que se atempere durante ½ hora y le damos forma de barra. La colocamos dentro de un molde alargado, como los de budín, previamente engrasado, la tapamos y la dejamos fermentar entre 1 ½ hora y 2 horas hasta que doble el volumen inicial.



Hacemos uno o varios cortes a nuestro pan para que no se rompa y horneamos a 220º C, con el horno húmedo (ya sabéis, vaporizando las paredes, o poniendo un cuenco con agua, o echando agua en la bandeja). El proceso de horneado durará entre 20 y 30 minutos, dependiendo de cada horno y de lo dorada
que queramos nuestra pieza.
Desmoldamos, dejamos enfriar sobre una rejilla y a merendar!