miércoles, 27 de julio de 2016

Gazpacho de fresa - Gazpacho de sandía




¿A quién le apetece un gazpachito para aguantar estos calores? A mí!!!! Me encanta el gazpacho, pero tengo que confesar que en su versión más auténtica se me repite bastante… y un poco por eso, otro poco porque me fascinan las combinaciones con frutas, últimamente mis gazpachos favoritos son el de fresa y el de sandía.


Así que he decidido que hoy toca hacer las dos recetas, que además son muy fáciles, están buenísimos, son sanísimos y refrescan un montón. Veréis que son recetas diferentes: una lleva tomate, la otra no; una lleva ajo, la otra no; una lleva pan, la otra no… pero las dos son fantásticas… y es que no hay una sola forma de hacer gazpacho…
Ingredientes del gazpacho de fresa:
500 g de fresas
1 cebolleta
1 diente de ajo
50 g de pimiento rojo
50 g de pimiento verde
½ pepino pequeño
100 ml de agua fría
50 ml de vinagre de Jerez
Sal, pimienta y aceite de oliva a gusto


Preparación del gazpacho de fresa:
Limpiamos bien todas las verduras y las fresas con agua fría, las troceamos y las machacamos un poco en un mortero para dejarlas luego reposar en la nevera con todos los demás ingredientes durante 1 hora. Trituramos con una batidora de mano o en el robot y luego, en teoría, deberíamos colarlo… y digo en teoría porque a mí me gusta más sin colar, espeso, con trocitos diminutos, pero cada cual que lo haga como quiera. Finalmente rectificamos el aliño al gusto y lo saboreamos bien fresquito.


Ingredientes del gazpacho de sandía:
400 g de sandía pelada y sin pepitas
2 tomates maduros
½ cebolleta
1 pepino pequeño
¼ de pimiento rojo
50 g de pan
100 ml de agua fría
50 ml de vinagre de Jerez
Sal, pimienta y aceite de oliva a gusto


Preparación del gazpacho de sandía:
Empezamos poniendo a remojar el pan en agua y cuando esté blandito lo escurrimos y reservamos para unir luego a las verduras. Limpiamos bien las verduras en agua fría y las troceamos. Pelamos, despepitamos y troceamos un poco la sandía. Unimos todos los ingredientes y trituramos con una batidora de mano o en el robot. Al igual que con el de fresa, colamos si nos gusta con una textura fina o lo dejamos tal cual y rectificamos el aliño. Por supuesto que también lo saboreamos muy fresquito… ay! No sé cual me gusta más!!!!


martes, 19 de julio de 2016

Helado de pistacho




Qué calor!!!! No quiero comer nada más que cosas frías… así que ¿Qué puede haber mejor que un helado? ¿De qué sabor toca hoy? Pistacho!!! Pese a que es uno de mis sabores de helado favoritos, no me decidía a hacerlo en casa, porque las recetas caseras de toda la vida tienen poco sabor y poco color… hasta que aparecieron las pastas concentradas, que son la gran solución. Con ellas resulta muy fácil hacer helados de frutos secos en general, y de pistacho en particular.


Si no conseguimos pastas concentradas siempre podemos intentar hacer una pasta casera pelando perfectamente los frutos y triturándolos en una máquina de gran potencia con apenas unas pocas cucharadas de agua y/o aceite suave. En este caso tendremos que agregar una mayor cantidad de pasta de la que os pongo en la receta, ya que su sabor no será tan concentrado, pero puede funcionar igual… Aunque solo de pensar el trabajo que daría pelar suficiente cantidad de pistachos… por poco que podáis, haceros con una pasta concentrada, veréis que maravilla!!!
Ingredientes:
200 ml de leche evaporada
250 ml de leche condensada
3-4 cucharas pequeñas de pasta de pistacho concentrada
50 g de pistachos tostados


Preparación:
Montamos la leche evaporada fría como si fuese nata. No adquiere un punto tan fuerte como el de la nata montada pero incorpora suficiente aire como para hacer un helado. Añadimos la leche condensada y la pasta concentrada, un poco más o un poco menos según el tipo de pasta concentrada que encontréis y según vuestros gustos… yo le puse mucha!!! Mezclamos y enfriamos bien la mezcla. Mantecamos en la máquina de hacer helados durante 30 minutos o hasta que coja consistencia cremosa, momento en el que añadimos los pistachos pelados y un poco triturados para que tenga un puntito crujiente, que siempre le viene bien. Si no tenemos máquina de hacer helados también podemos poner la mezcla en un recipiente en el congelador y remover bien para evitar que se formen cristales, cada hora, durante 4 horas, hasta que obtengamos la textura deseada. Probadlo, está delicioso!!!


lunes, 4 de julio de 2016

Tarta de mató y espinacas




Tengo el blog un poco abandonado últimamente… y es que hace calor, por lo que ni apetece encender el horno, ni tenemos muchas ganas de comer otra cosa que no sean ensaladas y fruta. Pero de hacer picnic sí. De hacer picnic tenemos ganas porque el buen tiempo invita a estirar un mantel sobre la hierba y compartir una comida relajada con amigos. Y aunque a todos nos encante la tortilla de patatas, la ensalada de pasta y los bocadillos de chorizo, llevar una tarta a un picnic siempre queda bien y nos permite variar el menú, porque dentro de una tarta podemos poner casi cualquier cosa. La que os propongo hoy lleva mató (aunque vale cualquier tipo de queso fresco, requesón o ricotta), espinacas y un poco de paté de jamón para darle un toque más sabroso, aunque los vegetarianos podéis simplemente omitirlo.  La masa tiene la particularidad de que la pondremos en dos capas, tanto de base como de cobertura. Lógicamente solo con dos capas no será hojaldrada, pero será un poco diferente, porque las capas interiores quedan más húmedas por efecto del relleno y las externas más crujientes.


Ingredientes para la masa:
350 g de harina
2 cucharas grandes de aceite de oliva
70 g de mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharas pequeñas de sal
1 cuchara pequeña de impulsor
1 huevo grande
3 cucharas grandes de agua
Ingredientes para el relleno:
250 g de espinacas
1 cebolleta
100 g de paté de jamón
200 g de mató, requesón o ricotta
3 huevos grandes
3 cucharas grandes de emmenthal rallado
Sal, nuez moscada y pimienta negra a gusto
Aceite de oliva
Preparación:
Unimos todos los ingredientes de la masa con paciencia y agregando solo la cantidad de agua necesaria para que se forme un bollo, que amasamos ligeramente hasta que tenga una apariencia homogénea y lisa. Separamos la masa en cuatro partes iguales y dejamos descansar los cuatro bollos en la nevera, cubiertos con un paño, aproximadamente durante 1 hora.


Mientras tanto preparamos el relleno, para lo cual picamos la cebolleta y la pochamos en una sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando esté ligeramente dorada añadimos las espinacas lavadas y en caso de que sean hojas grandes, ligeramente troceadas (yo las compré de hoja pequeña, que me gustan más y me ahorré tener que cortarlas). En apenas unos minutos estarán cocidas, por lo que apartamos de los fogones y dejamos enfriar. Batimos los huevos, agregamos los quesos, el paté (o no), las espinacas y condimentamos al gusto. Para montar la tarta estiramos uno de los cuatro bollos con un rodillo hasta obtener el tamaño de la fuente en la que vayamos a hornear. Colocamos esta masa en la fuente y la pintamos con un poco de aceite de oliva. Estiramos otro bollo de masa y lo ponemos sobre el primero. El aceite hará que ambos trozos de masa se mantengan separados, lo que permite que la capa inferior se mantenga seca y la interior húmeda, lo que le da una textura diferente. Colocamos el relleno y tapamos de la misma manera, estirando primero un bollo, pintándolo con aceite y poniendo luego el cuarto y último bollo de masa estirada.  Ahora recortamos la masa que sobre por los bordes y los cerramos. Pinchamos la masa superior con un tenedor para permitir que salgan los vapores durante la cocción. Si estamos inspirados también podemos decorar la superficie con los restos de masa que nos han sobrado, aunque por supuesto, no es imprescindible.


Finalmente horneamos a 200 ºC hasta que esté dorada, lo que nos llevará entre 40 y 50 minutos, dependiendo de cada horno. Puede comerse tibia o fría, tanto en casa como en un picnic. Que la disfrutéis!