Hacía
ya muchos días que tenía abandonado mi blog, pero finalmente las vacaciones se
han acabado y volvemos con las pilas recargadas. Para mantener unos días más el
sabor del verano, y puesto que acabo de volver de Málaga, os propongo hacer
unos molletes de Antequera.
Para los que no los conozcáis, se trata de unos
panecillos blancos, ideales para el desayuno o la merienda de los niños, así
como para un tentempié a cualquier edad; perfectos para salado, aunque también admiten
dulce; con el toque justo de aceite de oliva y una proporción de levadura
inferior a la de otros panes; no requieren de mucho tiempo de amasado (lo cual
es de agradecer con el calor que aún nos acompaña) y como son pequeños y no han
de dorarse, necesitan como mucho 15 minutos de horno. ¡Vamos allá!
Ingredientes
para la masa madre (aunque no se trata exactamente de una masa madre, vamos a
llamarla así):
90
g de harina de fuerza
10
g de levadura fresca
50
ml de leche a temperatura ambiente
Ingredientes
para elaborar el pan:
La
masa madre
550
g de harina de semifuerza
50
ml de aceite de oliva
320
ml de agua a temperatura ambiente
10
g de sal
3
cucharas pequeñas de azúcar
Preparación:
Empezamos
preparando la masa madre (aunque no sea estrictamente una masa madre, nos hará
esa función), para lo que diluimos la levadura en la leche y formamos una bola
al agregar la harina. Llenamos un cuenco grande con agua a 37ºC (para los que
no tengáis termómetro, la temperatura de un biberón, o lo que es lo mismo, una
temperatura a la que, al poner el dedo dentro no la notemos ni fría ni
caliente) y metemos la bola de masa dentro. La bola se hundirá, pero al cabo de
unos minutos comenzará a flotar. En ese momento estará lista y podremos
utilizarla para elaborar nuestros molletes.
Al
igual que al elaborar otros panes, unimos todos los ingredientes y amasamos. Lo
bueno es que este pan no necesita tanto tiempo de amasado como otros, con unos
5 minutos (enérgicos) habrá suficiente. Lo “malo” es que se trata de una masa
muy húmeda, lo cual no será ningún problema para quienes estéis acostumbrados a
amasar pan, pero costará un poco más a los novatos. Sobre todo, no cometáis el
error de añadir más harina. Os recomiendo encarecidamente el uso de paletas o
rasquetas de panadero, que facilitan mucho el trabajo. Una vez amasado, lo
dejamos reposar en un cuenco y tapado hasta que doble su tamaño, lo cual,
dependerá de la temperatura, la humedad, etc, etc, pero que suele ser más o
menos 1 hora.

¡Y
ya está! Para comerlos lo suyo es abrirlos al medio, meterlos en la tostadora
(aprovechando que son panes delgados) y ponerles lo que uno quiera.
Para quienes
nunca los hayáis probado, os recomiendo una fusión andaluza-catalana y
convertirlos en "pa amb tomaquet", es decir, frotar sobre ellos unos tomates
tiernos, añadir una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva… acompañados
de una cerveza fresca os harán sentir como si aún fuese verano.
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