miércoles, 27 de agosto de 2014

Pasta Frola (Tarta de membrillo)

Otro de esos postres a los que les tengo un especial cariño, porque me lo enseñó a hacer mi abuela, es la “Pasta Frola”, o lo que es lo mismo, la tarta de membrillo.


Es ideal para una merienda y no requiere ser un experto cocinero. Solo hemos de tener en cuenta, como con la mayoría de las masa de tartas, que la mantequilla que utilicemos en su elaboración debe estar fría, para poder obtener una masa crujiente. El membrillo en este caso es dulce de membrillo, del que encontramos en todos los supermercados durante todo el año, pero si quisiéramos utilizar membrillos frescos, deberíamos hacer primero una mermelada con ellos. También podemos utilizar otros dulces (como el de batata, o el de guayaba) o mermeladas, para experimentar con diferentes sabores. Por último, como veis, la receta lleva un poco de vino blanco; si a alguien no le gusta, simplemente no se lo pone y lo substituye por agua. Pero si nos sentimos juguetones, podemos experimentar y cambiarlo por brandy, kirsh, o como hice yo esta vez, por orujo, que le aportó un aroma diferente y muy recomendable.
 

Ingredientes:
200 g de mantequilla
400 g de harina
200 g de azúcar
1 huevo
La piel de un limón
1 cuchara pequeña de vainilla líquida
400 g de membrillo
½ vaso de vino blanco
Agua, cantidad necesaria
1 yema de huevo para pintar
 

Preparación:
Unimos la harina, el azúcar y la mantequilla fría, trabajándolas con las manos hasta que tengan consistencia como de arena. Añadimos el huevo, la piel del limón rallada y la vainilla y unimos hasta formar una bola de masa, pero sin trabajarla demasiado, ya que no necesitamos que se active el gluten. Ahora dejaremos descansar la masa en la nevera, cubierta con un film, mientras preparamos el relleno. Para ello ponemos el membrillo en una olla a fuego lento junto con el vino y lo removemos con una cuchara mientras se va deshaciendo. Incorporamos el agua que necesite hasta lograr una consistencia blanda, como de mermelada. Lo dejamos enfriar hasta que esté a temperatura ambiente.



Estiramos la masa en un molde de 26 cm de diámetro, la pinchamos y colocamos el relleno. Por último, con el resto de la masa hacemos tiras con las que formamos un enrejado en diagonal. Pintamos las tiras de masa con la yema de huevo y horneamos nuestra tarta a 200ºC durante 30 minutos, o hasta que tenga un bonito color dorado. Espero que os guste.
 

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