miércoles, 30 de abril de 2014

Pastel primaveral, de frambuesa y chocolate



Me ha dado un ataque primaveral… pero no de esos tan desagradables de alergias, picores y ojos llorosos, sino que me han empezado a salir flores por todas partes… hasta en los pasteles. Y como son flores de azúcar no provocan alergias y endulzan el día.


Todas estas flores están hechas con fondant, utilizando diferentes moldes y cortadores con expulsor, que a la vez les dan textura. Antes de colocarlas sobre el pastel hay que dejarlas secar sobre un soporte que nos permita darles forma, para lo cual existen en el mercado montones de utensilios. Pero un poco porque ya no tengo más espacio (y eso que mi cocina es grande), y otro poco porque el dispendio sería enorme, utilicé para esto bases de pasteles de cartón flexibles dobladas para darles la forma que me interesaba, así como tazas y cuencos pequeños, lo que además me permitió darles distintas formas.
Para elaborar este pastel utilizamos dos moldes, uno de 24 cm de diámetro y el otro de  13 cm. Necesitamos también un montón de fondant blanco, beige, fucsia, amarillo, marrón y verde.

 
Ingredientes para el bizcocho:
8 huevos
240 g de azúcar
240 g de harina
2 cucharas pequeñas de impulsor
1 cuchara pequeña de sal
20 g de pasta de frambuesas Home Chef
 

Preparación:
Batimos los huevos junto con el azúcar en el robot hasta que la mezcla triplique su volumen. Añadimos la pasta de frambuesas y mezclamos bien. La cantidad de pasta de frambuesas puede variar en función de nuestros gustos y si queremos que el bizcocho tenga más color sin alterar el sabor, podemos añadir un poco de colorante.


Por último incorporamos poco a poco la harina, el impulsor y la sal, tamizadas. Repartimos la mezcla en los dos moldes y horneamos a 180º C hasta que al pinchar los bizcochos con un palillo, éste salga limpio. Desmoldamos, dejamos enfriar sobre una rejilla y preparamos el almíbar con el que mojaremos el bizcocho, calentando simplemente agua y azúcar a partes iguales hasta que se disuelva completamente. Dejamos enfriar y preparamos el ganache de chocolate. Para ello calentamos nata para montar (35% de materia grasa) casi hasta el punto de ebullición, apartamos del fuego y añadimos el chocolate negro troceado. Removemos suavemente hasta que el chocolate se haya fundido totalmente y dejamos enfriar en la nevera. En cuanto a las proporciones de nata y chocolate, existe bastante controversia, yo normalmente los pongo a partes iguales, pero dependiendo del chocolate utilizado podemos necesitar aumentar la proporción de chocolate para obtener una consistencia que nos permita cubrir el pastel con el fondant sin que se deforme.
Igualamos la altura de los bizcochos con una lira. También con la lira los abrimos a la mitad. Los mojamos con el almíbar y los rellenamos con el ganache. Y ahora viene la parte más importante para que el aspecto de nuestros pasteles sea el deseado: cubrimos con el ganache, ayudándonos de una espátula grande, de forma que tanto la parte superior como los lados nos queden lo más lisos posibles, Si nos quedan irregulares, al poner encima el fondant se notarán las irregularidades. Para ello debemos tener paciencia y no pretender que nos quede perfecto a la primera pasada. Lo normal es tener que darle como mínimo dos capas de ganache y dejar enfriar los pasteles entre capa y capa. Cuando está perfectamente liso y frío, podemos cubrirlo con el fondant blanco. Colocamos luego un pastel sobre el otro, bien centrado y hacemos unas tiras de fondant de color beige para poner en la base de cada piso. Finalmente añadimos las flores, enganchándolas con un poco de glasé real.
 

Y ahora sí, podemos decir que ya ha empezado oficialmente la primavera :)

1 comentario:

  1. Que buena pinta!!!! Me tengo que poner con el tema del fondant, veo que se pueden hacer verdaderas maravillas.

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