lunes, 7 de abril de 2014

Croissants






¿Qué puede ser mejor para el desayuno que unos deliciosos croissants de mantequilla caseros? Cierto es que no son apropiados para tomarlos a diario, no solo por ser muy calóricos, sino también porque lleva tiempo prepararlos; pero de vez en cuando vale la pena probarlos. Llevan mucho tiempo, porque para lograr las capas de masa hojaldrada que le caracterizan, debemos alternar el plegado de la masa con períodos de frío.
 

En este caso yo he hecho un tamaño intermedio: no son unos croissants enormes, porque me dejan siempre con cargo de conciencia; pero tampoco son mini, que me dejan con ganas de más. Pero cada uno puede hacerlos como más le guste, solo se debe modificar ligeramente el tiempo de horneado.
Ingredientes:
250 g de harina de fuerza
5 g de sal
25 g de azúcar
130 ml de leche
12 g de levadura fresca
140 g de mantequilla sin sal


Preparación:
Pesamos todos los ingredientes y disponemos la mantequilla entre dos plásticos, silpat o trozos de film de cocina, para aplanarla con un rodillo hasta obtener una pieza rectangular que dejaremos enfriar en la nevera.
Por otra parte diluimos la levadura en la leche tibia y cuando empiece a hacer burbujitas la unimos al resto de los ingredientes para hacer una bola de masa. Esta masa debemos trabajarla durante como mínimo 15 minutos, golpeándola, estirándola y dándole calor con las manos. Tras el amasado deberá quedarnos una masa fina y muy suave, que estiraremos un poco con el rodillo y dejaremos reposar en la nevera, tapada con un plástico o film transparente, durante al menos 1 hora. Pasado este tiempo la estiraremos con el rodillo, hasta darle una forma rectangular. Dividiremos nuestro rectángulo de masa mentalmente en tres partes, como si fuera un tríptico de esos con los que nos bombardean de publicidad. Sobre el rectángulo central que nos habremos imaginado, colocamos la mantequilla ya enfriada y plegamos los 2 rectángulos de los extremos, exactamente igual que plegaríamos un tríptico. Giramos la masa sobre si misma 90ª, volvemos a estirarla para formar un rectángulo igual al inicial, sobre el que volveremos a imaginar un tríptico y volveremos a plegar los dos extremos sobre la parte central. Tapamos la masa y la dejamos reposar en la nevera durante 15 minutos. Luego volvemos a estirar la masa, nos imaginamos el rectángulo dividido en tres, lo plegamos y lo volvemos a la nevera 15 minutos más. Y vamos a por el último pliegue: estiramos, imaginamos el tríptico y plegamos los laterales sobre el rectángulo central. 

 

Ahora dejamos la masa como mínimo ½ hora en la nevera, tras lo cual la estiramos con el rodillo hasta alcanzar un grosor de 1 cm y cortamos triángulos con un cuchillo bien afilado, para no dar estirones a la masa. Los triángulos serán más o menos grandes según el tamaño de croissants que nos apetezca. Enrollaremos cada triángulo, comenzando por la base y acabando en el vértice contrario. Podemos doblar un poco los cuernitos del croissant (o dejarlos rectos, si nos gustan más). Dispondremos los croissants sobre la placa de horno con papel de hornear o con silpat, dejando una separación entre ellos, ya que crecerán al fermentar la masa. Los cubrimos con un paño y dejamos que crezcan durante 1 hora, más o menos.
Pasado este tiempo los pintamos con huevo y los espolvoreamos con azúcar para hornearlos a 200º C durante unos 15 minutos (pero el tiempo varia según el tamaño de las piezas).



Para obtener una variante, podemos ponerles trozos chocolate en la base de los triángulos de masa justo antes de enrollarlos. Los enrollamos de forma que el chocolate quede oculto, para que no se queme al hornear y tras pintarlos con el huevo y espolvorearlos con azúcar, los espolvoreamos también con un poco de cacao en polvo.
 

Para obtener un buen hojaldrado es muy importante que utilicemos harina de fuerza (no nos vale una harina floja) y que respetemos los pliegues que le hemos hecho a la masa: esto significa que si cortamos los triángulos y nos quedan trozos que queremos unir para cortar más croissants NUNCA debemos hacer una bola de masa con ellos. Como máximo, los apilaríamos con cuidado para estirarlos otra vez con el rodillo. Espero que os animéis a hacerlos y que los disfrutéis mucho.

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