sábado, 21 de noviembre de 2015

Natillas de caramelo




Una conocida marca de natillas sacó al mercado hace algún tiempo unas natillas de caramelo. Desde entonces mi hijo no para de pedirme natillas de caramelo y como no me gusta mucho comprarle postres industriales, tenía que hacerlas en casa… y tenían que saber igual, porque de lo contrario continuaría queriendo que las comprase hechas. Así que me puse a hacer pruebas, hasta dar con unas natillas que saben igual, pero que no llevan ni colorantes, ni conservantes, ni ninguna de todas las porquerías que tanto les gustan a los niños.


La receta base es la de unas natillas normales, pero la empezaremos preparando un caramelo, que le dará color y sabor. Además en unas natillas normales comenzaríamos por infusionar en la leche caliente un palito de canela y/o un trocito de cáscara de naranja o de limón, mientras que en ésta no los ponemos para no enmascarar el sabor a caramelo. En su lugar podemos potenciar el sabor con unas gotas de esencia de caramelo líquida, pero no es imprescindible, las pondremos solo si queremos un sabor profundo a caramelo (como era mi caso).



Ingredientes:
200 g de azúcar
1 l de leche
3 yemas de huevo
3 cucharas grandes de maizena
1 cuchara pequeña de esencia de caramelo
Preparación:
Antes de empezar debemos tener todos los ingredientes a mano y listos para usar, porque una vez tengamos el caramelo preparado, debemos añadir el resto de ingredientes bastante rápido. Por eso recomiendo que empecemos por batir las yemas, añadirles la maizena y diluir todo en un poco de leche. El resto de leche la calentaremos y reservamos ambas preparaciones.
 


Entonces pasamos a hacer el caramelo, calentando el azúcar con unas gotas de agua. Es muy importante no quemarlo: en mis primeras pruebas dejé que adquiriese un color demasiado fuerte y esto cambiaba el gusto, hasta hacerlo incluso un poco amargo. El caramelo estará listo cuando apenas comience a tomar color marrón claro. En este momento añadiremos la leche caliente, poco a poco y con mucho cuidado de no quemarnos, ya que burbujea muchísimo. Removemos de forma constante para que se disuelva el caramelo y añadimos la mezcla de yemas con maizena. Continuamos removiendo sobre el fuego suave hasta hierva y a partir de allí un par de minutos hasta que espese. Retiramos del fuego y añadimos la esencia de caramelo. Repartimos en tarrinas individuales y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. Y cuando ya estén frías las podemos disfrutar como postre o para merendar…


Ah! Y como siempre os digo, no tiréis las claras de huevo, que pueden congelarse y usarse más adelante para hacer otras muchas preparaciones como unos macarons, una Pavlova, un angel cake

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