Hacer
un flan no tiene ninguna dificultad. Y si comparamos el sabor y la textura de
un flan casero con la de uno industrial, la relación esfuerzo/beneficio es más
que satisfactoria. Si además, en lugar de hacer un flan normal, hacemos un flan
de dulce de leche entonces sabremos sin lugar a dudas como alcanzar el nirvana
con un mínimo esfuerzo. El dulzor y la suavidad de este flan contrastan estupendamente
con las fresas, pero si no tenemos o no nos apetecen, no son obligatorias. Con
esta receta nos salen 6 raciones individuales, aunque también podemos hacer un
solo flan grande, que necesitará un poco más de tiempo en el horno para que se
cuaje completamente.
Ingredientes
4 huevos
100 g de
azúcar + otros 100 g para el caramelo
200 ml de
leche
200 g de
dulce de leche
1 vaina de
vainilla
Preparación
Comenzamos
por cortar la vainilla a lo largo para sacar las semillas. Ponemos tanto la
vaina como las semillas en la leche y calentamos casi hasta que hierva.
Retiramos del fuego, tapamos y dejamos que infusione un rato, mientras
preparamos el caramelo. Si queremos ahorrarnos este proceso, siempre podemos
utilizar vainilla líquida o en pasta. Mientras,
hacemos el caramelo poniendo al fuego los 100 g de azúcar con tres cucharas de
agua. No debemos remover con cuchara en ningún momento, lo dejamos hacer y cuando
empiece a adquirir un color de caramelo claro, retiramos del fuego y repartimos
en los moldes de flan. Aquí también, si queremos ahorrarnos este paso, podemos
utilizar caramelo del que se vende ya hecho. Pero bueno ¿qué voy a deciros? casero
es más bueno…
Entonces batimos los huevos con el resto del azúcar, durante unos
2 o 3 minutos, es decir, que si podemos hacerlo en el robot de cocina, mejor.
Añadimos el dulce de leche y la leche y continuamos batiendo hasta obtener una
mezcla homogénea. Repartimos esta mezcla en las flaneras, que ya tendrán su
caramelo, las tapamos con papel de plata y las colocamos en una bandeja de
horno a la que añadiremos agua hirviendo hasta cubrir más o menos la mitad de
la altura de los moldes. Horneamos así al baño María a 160ºC durante unos 60
minutos o hasta que los flanes hayan cuajado, cosa que podemos comprobar igual
que los bizcochos: pinchando con un palito.
Dejamos enfriar primero a
temperatura ambiente y luego en la nevera y para servir desmoldamos y podemos
acompañar de fresas o de lo que más nos guste.
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