Pocas
cosas hay que apetezcan más en verano que una limonada fresquita. Hasta hace no
mucho tiempo, en verano en mi casa gastábamos cantidades ingentes de limones,
para hacer nuestra limonada, exprimiendo limones y más limones y añadiéndoles
agua y azúcar. Y no siempre quedaba igual. Pero entonces llegó a mi vida una
receta de sirope de limón, bien concentrado, que no solo resulta deliciosa,
sino que me ahorra exprimir montones de limones. Tengo en la nevera mi sirope
concentrado y cuando me apetece lo diluyo en agua para tener instantáneamente
la mejor de las limonadas. Además me dio por mejorar la receta añadiéndole
menta y el resultado es delicioso y
super refrescante.
Ingredientes
para el sirope concentrado:
300
g de azúcar
2
limones
40
g de hojas de menta fresca
250
ml de líquidos (el zumo de los limones más agua)
Preparación:
Ponemos
en una olla la piel de los limones, bien lavada y pelada de forma que solo
pongamos la parte amarilla, sin agregar apenas la blanca, que amarga. Agregamos
las hojas de menta bien limpias, el azúcar, el zumo de los limones y el agua
necesaria para llegar a 250 ml de líquidos. Llevamos a ebullición el tiempo
justo para que el azúcar se disuelva, apartamos y dejamos enfriar (mientras
sigue infusionando), primero a temperatura ambiente y luego en la nevera
durante toda la noche. A la mañana siguiente colamos la preparación y volvemos
a llevarla a ebullición, para luego envasarla en una botella de cristal de ½
litro que habremos hervido previamente, para asegurarnos de que esté
perfectamente limpia. Este sirope puede conservarse en la nevera durante un
mes.
Cuando queramos disfrutar de nuestra limonada simplemente debemos diluir 1
parte de sirope en 5 partes de agua. Podemos también ponerle hielo o usar
el agua bien fría, dependiendo de cuan diluido nos guste el sirope… a mí me
gusta con hielo, muy fresquito.
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