Como ya
había adelantado en el post anterior, además del cumpleaños de mi media
naranja, celebramos el mío, y a una servidora, por mucho que le guste cocinar,
le pasa lo mismo que a la mayoría de los mortales: pasarme 1000 horas en la
cocina con 35ºC a la sombra, el día de mi cumpleaños, no me parece la mejor
manera de celebrarlo… ¿a que estamos de acuerdo? Así que decidí hacer un postre
rápido, que diera poco trabajo, pero que fuera delicioso y que además
aprovechara la fruta de temporada: un clafoutis de cerezas. Y no quedaron ni
las migas…
Ingredientes
800 g de
cerezas
2 huevos
70 g de
azúcar
100 ml de
leche evaporada
70 ml de
nata (35% de materia grasa)
1 cuchara
pequeña de vainilla líquida o en pasta
2 cucharas
grandes de Kirsch
1 masa brisa
Azúcar glasé
Preparación:
Comenzamos
por deshuesar las cerezas… hay quien podrá pensar que eso es una faena
inhumana, pero para demostraros que no, aquí os dejo el enlace a un video de
esos que se ven por la red en que queda claro que es súper fácil. En cualquier caso, es una
magnífica tarea con la que entretener a los niños.
Mezclamos
los huevos con el azúcar, la leche evaporada, la nata, la vainilla y el Kirsch
(o cualquier otro licor que os guste). La receta original lleva igual cantidad
de leche que de nata, pero para hacerla un poco más ligera decidí substituir
parte de la nata (y la leche) por leche evaporada y cuaja igual de bien. La receta
original tampoco lleva masa en la base, pero a mí me gusta ponerle porque así
es más fácil cortar y servir las porciones. Si la ponemos, irá en la base del
molde para tartas, y sobre ella ponemos las cerezas. Si no la ponemos,
simplemente untamos el molde para tartas con mantequilla y disponemos las
cerezas sin hueso. Vertemos sobre ellas la mezcla de ingredientes y horneamos a
180º C durante unos 40 minutos o hasta que al pincharla con un palillo, éste
salga limpio. La dejamos enfriar y la espolvoreamos con un poco de azúcar glasé
para que tenga un poquito de brillo. ¡Y a celebrar!
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