domingo, 8 de mayo de 2016

Caracolas de coco con pepitas de chocolate




Un fin de semana gris, como éste, resulta ideal para encender el horno y ponernos a preparar  alguna pasta tierna y deliciosa con la que merendar mientras vemos llover por la ventana. Pero eso no significa que queramos pasarnos todo el día en la cocina… porque la mayoría de recetas de pastas o bollos tiernos que tengan mantequilla suelen llevar muuuuucho tiempo de preparación (como cuando hacemos croissants). La mayoría, excepto ésta, que queda tierna y sabrosa como si hubiésemos hecho miles de pliegues a nuestra masa con mantequilla, pero sin haberlos hecho. Hoy las hice con coco y pepitas de chocolate, pero las tradicionales son con canela y pasas y si nos sentimos atrevidos podemos experimentar y ponerles otros ingredientes: frutos secos, frutas, caramelo, mermeladas...


Ingredientes:
Para la masa:
550 g de harina
75 g de azúcar
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
2 huevos
210 ml de leche
1 pizca de sal
10 g de levadura fresca
70 g de mantequilla a temperatura ambiente
Para el relleno:
130 g de coco rallado
100 g de azúcar morena
100 g de mantequilla fría
70 g de pepitas de chocolate
1huevo para pintar
2 cucharas grandes de mermelada de albaricoque o de melocotón


Preparación:
Comenzamos por diluir la levadura en la leche tibia. Tras 10 minutos ponemos esta mezcla en el robot de cocina con el accesorio amasador. Si no tenemos robot también podemos hacerlo a mano. Añadimos la mantequilla, el azúcar, los huevos y la vainilla y batimos ligeramente, para unir todos los ingredientes húmedos. Entonces agregamos la harina tamizada y la sal y ponemos en marcha la amasadora durante unos 3 o 4 minutos o hasta que veamos que tenemos una masa lisa y tierna. La ponemos en un bol, tapada con film transparente, para que fermente durante 1 hora hasta que doble su volumen. Mientras tanto preparamos el “relleno” cortando la mantequilla fría en cuadraditos y uniéndola al coco y el azúcar moreno. Trabajamos la mezcla con las manos para hacer un arenado, es decir, una mezcla con textura de arena, más o menos húmeda.
 


Cuando la masa haya fermentado la separamos en dos partes iguales y la estiramos con un rodillo, ayudándonos con un poco más de harina, hasta formar 2 rectángulos de unos 30 x 20 cm. Cubrimos ambos rectángulos con el relleno de coco y las pepitas de chocolate de forma uniforme y enrollamos cada uno de ellos para luego cortarlos en discos de unos 2 cm de ancho. De cada rollo nos saldrán unas 12 caracolas, es decir que tendremos 2 docenas de caracolas, que colocaremos en bandejas de horno cubiertas con papel para hornear. Las tapamos con film transparente y las dejamos que aumenten su volumen un poco más, durante más o menos media hora. Las pintamos con huevo y las horneamos durante unos 20 o 25 minutos a 180ºC. Cuando las sacamos del horno y mientras aún están calientes, las pintamos con un poco de mermelada de albaricoque o de melocotón reducida al fuego con un poco de agua, lo que les dará mucho más brillo y un extra de dulzor.



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