Un
fin de semana gris, como éste, resulta ideal para encender el horno y ponernos
a preparar alguna pasta tierna y
deliciosa con la que merendar mientras vemos llover por la ventana. Pero eso no
significa que queramos pasarnos todo el día en la cocina… porque la mayoría de
recetas de pastas o bollos tiernos que tengan mantequilla suelen llevar
muuuuucho tiempo de preparación (como cuando hacemos croissants). La mayoría,
excepto ésta, que queda tierna y sabrosa como si hubiésemos hecho miles de
pliegues a nuestra masa con mantequilla, pero sin haberlos hecho. Hoy las hice
con coco y pepitas de chocolate, pero las tradicionales son con canela y pasas
y si nos sentimos atrevidos podemos experimentar y ponerles otros ingredientes:
frutos secos, frutas, caramelo, mermeladas...
Ingredientes:
Para
la masa:
550
g de harina
75
g de azúcar
1
cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
2
huevos
210
ml de leche
1
pizca de sal
10
g de levadura fresca
70
g de mantequilla a temperatura ambiente
Para
el relleno:
130
g de coco rallado
100
g de azúcar morena
100
g de mantequilla fría
70
g de pepitas de chocolate
1huevo para pintar
2
cucharas grandes de mermelada de albaricoque o de melocotón
Preparación:
Comenzamos
por diluir la levadura en la leche tibia. Tras 10 minutos ponemos esta mezcla
en el robot de cocina con el accesorio amasador. Si no tenemos robot también
podemos hacerlo a mano. Añadimos la mantequilla, el azúcar, los huevos y la
vainilla y batimos ligeramente, para unir todos los ingredientes húmedos.
Entonces agregamos la harina tamizada y la sal y ponemos en marcha la amasadora
durante unos 3 o 4 minutos o hasta que veamos que tenemos una masa lisa y
tierna. La ponemos en un bol, tapada con film transparente, para que fermente
durante 1 hora hasta que doble su volumen. Mientras tanto preparamos el “relleno”
cortando la mantequilla fría en cuadraditos y uniéndola al coco y el azúcar moreno.
Trabajamos la mezcla con las manos para hacer un arenado, es decir, una mezcla
con textura de arena, más o menos húmeda.
Cuando la masa haya fermentado la
separamos en dos partes iguales y la estiramos con un rodillo, ayudándonos con
un poco más de harina, hasta formar 2 rectángulos de unos 30 x 20 cm. Cubrimos
ambos rectángulos con el relleno de coco y las pepitas de chocolate de forma
uniforme y enrollamos cada uno de ellos para luego cortarlos en discos de unos
2 cm de ancho. De cada rollo nos saldrán unas 12 caracolas, es decir que
tendremos 2 docenas de caracolas, que colocaremos en bandejas de horno
cubiertas con papel para hornear. Las tapamos con film transparente y las
dejamos que aumenten su volumen un poco más, durante más o menos media hora.
Las pintamos con huevo y las horneamos durante unos 20 o 25 minutos a 180ºC.
Cuando las sacamos del horno y mientras aún están calientes, las pintamos con
un poco de mermelada de albaricoque o de melocotón reducida al fuego con un
poco de agua, lo que les dará mucho más brillo y un extra de dulzor.
Muy buena receta, en hornos queda excelente.
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