Como
sucede con todas las recetas tradicionales, existen multitud de diferentes
versiones de la Ratatouille. Algunas se acercan más que otras a la versión
original. No sé si la mía está entre las más fieles, pero es una de las más fáciles
y conserva el espíritu de este delicioso y sanísimo pisto provenzal. Porque en
contraposición a la mayoría de los platos que publico en este blog, estamos
ante un plato bajo en calorías :0 !!! Cuyo único pecado consiste en llevar un
chorrito de aceite de oliva o dos. Así que los que no os habéis atrevido nunca
con una de mis recetas por miedo a perder la linea, ya podéis encender el
horno. Y los que echáis de menos los dulces, los panes y el chocolate, a
esperar unos días, que dentro de nada vuelvo a las andadas... porque a dieta
seguro que no me pongo ;)
Ingredientes:
1
cebolla grande
1
pimiento rojo asado o una lata de pimientos asados (entre 150 g y 200 g)
1
lata pequeña de tomates enteros pelados o
250 g de tomates pera pelados
1
berenjena grande o dos pequeñas
1
calabacín grande o dos pequeños
1
diente de ajo
1
cuchara pequeña de azúcar
1
taza de caldo de verduras o de pollo
Aceite
de oliva
Orégano,
tomillo, romero, albahaca o una mezcla de hierbas de Provenza
Sal
y pimienta
Preparación:
Cortamos
la cebolla en tiras y la pochamos a la sartén con aceite de oliva hasta que
esté transparente. Añadimos el pimiento rojo, previamente asado y cortado en
tiras o la lata de pimientos asados. Para asar el pimiento, lo mejor es hacerlo
a fuego vivo, hasta que se queme la piel, envolverlo con papel de aluminio para
que sude y posteriormente pelarlo y despepitarlo. Si no podemos hacerlo a fuego
vivo, os sugiero utilizar una lata. Añadimos también el ajo picado. Esperamos
lo justo para que se calienten los pimientos y agregamos los tomates
previamente troceados, el azúcar para quitar la acidez de los tomates, el caldo
y las hierbas. Salpimentamos levemente, esperamos a que hierva y dejamos cocer
durante 10 minutos. Volcamos esta preparación en una fuente apropiada para el
horno (yo uso una barro, que me parece más “rústicamente” apropiada para este
plato).
Por otra parte laminamos la berenjena y el calabacín. La forma más
fácil y rápida es hacerlo con una mandolina para que nos salgan todas las
láminas delgadas y del mismo grosor, pero con un poco de práctica también
pueden hacerse a cuchillo. Disponemos sobre la salsa los discos de ambas
verduras alternándolos para que queden bonitos, aunque por supuesto esto no es
imprescindible: el plato sabrá igual de bien, aunque echemos las verduras de
forma desordenada en la fuente… pero así queda más presentable y no puedo
resistirme… Salpimentamos las verduras, las salpicamos con un poco más de las
mismas hierbas que hemos puesto en la salsa y finalmente rociamos con un
chorrito de aceite de oliva. Tapamos bien la fuente con un trozo de papel de aluminio
y la llevamos al horno a 200º C durante 1 hora y media, tras lo cual, quitamos
el papel de plata y horneamos 15 minutos más. Si cortáis las verduras un poco
gruesas, es posible que necesitéis un poco más de horno, es cuestión de
comprobarlo.
Este plato, como muchos otros que se hacen en salsa, gana en sabor
si se hace con antelación y se recalienta al momento de servirlo, aunque hay a
quien le gusta incluso frío. ¡Que lo disfrutéis!
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