La de hoy es una receta muy sencilla. Tanto, que me parece
ideal para hacer con niños. Con muy poco esfuerzo y aunque no se tengan grandes
dotes para la cocina, se consiguen unas galletas de excelente sabor.
El único
punto en el que hemos de ser cuidadosos es el que hace referencia al tiempo de
horneado, ya que si nos despistamos y las dejamos en el horno más tiempo del
que necesitan quedarán duras. A algunas personas les gustan las cookies duras,
pero la mayoría preferimos no arriesgar la integridad de nuestras muelas más de
lo que ya lo hacemos con el azúcar. Así que recomiendo sentarse a ver como se
hornean, como quien se sienta a ver un partido de futbol por la televisión… en
mi modesta opinión, ambas cosas son igual de aburridas, pero el horneado de las
galletas tiene la ventaja de durar mucho menos tiempo… estoy segura de que en
este punto no habrá mucha gente que opine lo mismo que yo, ¿no?, pero ¡allá
vosotros con vuestras muelas!
Ingredientes:
300 g
de harina
120 g
de mantequilla
110 g
de azúcar blanco
110 g
de azúcar moreno
1 huevo
150 g
de pepitas de chocolate
1 cuchara pequeña de impulsor
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
Preparación:
Batimos la mantequilla con los dos azúcares hasta que quede una
mezcla cremosa. Puede hacerse tanto a mano como a máquina, depende de las ganas
que tengáis de ejercitar vuestros brazos. Añadimos el huevo batido y luego la
harina y el impulsor tamizados. Mezclamos bien. Por último agregamos el
chocolate a trocitos. Muchas recetas incluyen en este punto unos 100 g de nueces picadas. A mi
me gustan más sin las nueces y por eso las hago así, pero cada uno que le ponga
lo que más le guste. Ahora toca dejar reposar la masa una hora en la nevera.
Una vez la masa está fría, encendemos el horno a 160º C y
llamamos a los niños para que nos ensucien toda la cocina, o lo que es lo
mismo, hacemos bolitas de masa con las manos, del tamaño de una pelota de golf.
Disponemos las bolitas en una bandeja
sobre papel para hornear, dejando espacio entre ellas para que no se enganchen
unas a otras cuando crezcan. No es necesario aplastar las bolitas para formar
galletas planas, a medida que se cuezan se irán aplanando poco a poco.
Y ahora
llega la parte crítica, el horneado, a 160º C unos 10 o 15 minutos, depende de
cada horno. Como norma general recomiendo sacarlas del horno cuando creáis que
aún les faltan unos minutos, ya que al enfriar toman cuerpo y se endurecen un
poco. Salen unas 35 o 40 deliciosas galletas, que pueden conservarse varios
días en una caja con cierre hermético… ¡a preparar el café!
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