jueves, 27 de agosto de 2015

Helado de calabaza y especias




Las vacaciones están dando sus últimos coletazos, pero seguramente nos queden aún muchos días de caluroso verano, y por lo tanto la posibilidad de disfrutar de unos helados fresquitos. Y para salir de los sabores conocidos, que mejor que aprovechar las magníficas calabazas que comienzan a cosecharse para estas épocas del año. Habrá quien piense que es un sabor extraño, pero lo cierto es que el helado de calabaza con especias tiene un sabor muy similar al del pastel de calabaza y quien lo haya probado sabe que es delicioso. La calabaza podemos asarla o hervirla, lo que cada uno prefiera, pero personalmente creo que asada es mucho más sabrosa. Podemos elaborar este helado con nata, que queda más cremoso, o con leche evaporada, como el de las fotos, para ahorrarnos calorías. A ver qué os parece.




Ingredientes:
300 g de calabaza asada
75 ml de leche entera
75 ml de leche condensada
75 g de azúcar
150 ml de nata 35% de materia grasa o de leche evaporada
2 cucharas pequeñas de canela
1 cuchara pequeña de jengibre
1 cuchara pequeña de nuez moscada



Preparación:
Trituramos la calabaza asada con la leche, utilizando una batidora de mano o un robot, lo que tengamos. Añadimos la leche condensada, el azúcar y las especias y mezclamos muy bien. Montamos la nata o la leche evaporada con unas varillas o en el robot,  paso que es muy importante, ya que cuanto más aire introduzcamos, más cremoso será el helado. Añadimos lentamente la nata (o la leche evaporada) a la mezcla de calabaza. Finalmente ponemos la mezcla en la máquina de hacer helados para mantecarlo. Si no tenemos máquina, la metemos en el congelador y la sacamos cada hora durante 4 horas para remover bien la mezcla y evitar que se formen cristales grandes, hasta que obtengamos la textura deseada. A la hora de servirlo podemos espolvorearlo con un poco más de canela. Espero que os guste.


miércoles, 19 de agosto de 2015

Semifrío de melocotón






Uno de los postres más fáciles y resultones para hacer en verano es un semifrío. No necesita horno, es muy fresquito, está buenísimo y además puede incluso ser variado, ya que en lugar de hacerlo con melocotón, como hoy, podemos hacerlo con cualquier otra fruta. De hecho, la mayoría de las veces lo veremos hecho con mango. La ventaja de éste, es que lo haremos con fruta en almíbar, que no nos engañemos, nos saca de un apuro más de una vez. Solo tenemos que ser previsores y tener la nata muy fría, para que pueda montarse, además de hacerlo con un poco de tiempo, ya que, aunque es facilísimo y no necesita mucho tiempo de preparación, sí que necesita mucho tiempo para enfriarse y adquirir consistencia.


Ingredientes
1lata grande de melocotón en almíbar
8 hojas de gelatina
200 g de queso para untar (tipo Philadelphia)
400 g de nata 35% de materia grasa (más una pequeña cantidad para decorar, si lo deseamos)
100 g de azúcar
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
1 yogurt griego
Preparación
Comenzamos poner en remojo, con agua fría 3 hojas de gelatina y las dejamos unos minutos hasta que se ablanden. Separamos unos 300 g de melocotones en almíbar escurridos (dependiendo del tamaño que tengan, serán entre 4 y 5 mitades) y los trituramos con una batidora de mano. De la misma lata separamos unos 50 ml de almíbar y los calentamos casi hasta que hiervan para diluir en ellos las tres hojas de gelatina que teníamos en remojo. Unimos los melocotones triturados a la gelatina diluida y ponemos la mezcla en un molde de 17 cm de diámetro desmontable y cubierto con papel vegetal, o en un molde de silicona del mismo tamaño. Llevamos a la nevera hasta que tenga consistencia, lo que llevará unas dos o tres horas.


Pasado este tiempo ponemos a remojo en agua fría las 5 hojas de gelatina restantes y cuando estén blandas las diluimos en una pequeña parte de la nata caliente. El resto de la nata debe estar muy fría para poder montarla (a mano o a máquina, como cada uno quiera o pueda). Unimos la nata montada con el resto de los ingredientes, incluida la gelatina diluida. Sacamos de la nevera el molde con el melocotón y volcamos en él esta mezcla. Enfriamos como mínimo durante unas 7 horas. Si hace mucho calor, podemos incluso ponerlo un rato en el congelador. Desmoldamos con mucho cuidado, ya que es bastante delicado y decoramos con el resto de la lata de melocotones, nata, sprinkles o lo que más nos guste.


jueves, 13 de agosto de 2015

Helado de tomate






Le estoy sacando mucho partido a mi máquina de hacer helados… y es que este veranito no me apetece mucho encender el horno, y los helados caseros están tan buenos… y son mucho más sanos que los comprados… bueno, por lo menos sabemos lo que estamos comiendo ¿no? Además, como veis, me he propuesto que los helados de este verano sean todos muy, muy, muy fáciles, que no lleven huevos y a ser posible tampoco nata.


El de hoy es muy especial… habrá quien piense “¿Helado de tomate? Puaj!” Pues nada más lejos de la realidad, tiene un sabor muy delicado, buenísimo y muy ligero. Existen versiones saladas, para servir como ensalada, pero esta es dulce, para el postre, y tiene la gracia de ser la receta más fácil del universo, ya que se hace a partir de mermelada de tomate. Por supuesto, esta receta vale también para hacer helado con cualquier otra mermelada, es decir, si usamos mermelada de frambuesas, obtendremos helado de frambuesas y está inspirada en una receta de “La receta de la felicidad”, cambiando la mermelada y substituyendo la nata por leche evaporada para hacerla más ligera.



Ingredientes:
250 g de leche evaporada
250 g de mermelada de tomate
El zumo de medio limón
Preparación:
Para empezar necesitamos que la leche evaporada esté muy fría, y la batimos en el robot o con las varillas hasta que quede muy esponjosa, casi con la consistencia de la nata montada. Añadimos el zumo de limón y continuamos batiendo, hasta que  notemos que espesa un poco más. Entonces añadimos la mermelada de tomate (o la que más nos guste) y mezclamos. En este punto, si tenemos máquina de hacer helados, ponemos la mezcla en la máquina, sino, la llevamos al congelador en un recipiente tapado y la sacamos cada hora para batirla, durante un mínimo de 4 horas. Probadlo, vale la pena, de verdad…


jueves, 6 de agosto de 2015

Sirope de limón y menta






Pocas cosas hay que apetezcan más en verano que una limonada fresquita. Hasta hace no mucho tiempo, en verano en mi casa gastábamos cantidades ingentes de limones, para hacer nuestra limonada, exprimiendo limones y más limones y añadiéndoles agua y azúcar. Y no siempre quedaba igual. Pero entonces llegó a mi vida una receta de sirope de limón, bien concentrado, que no solo resulta deliciosa, sino que me ahorra exprimir montones de limones. Tengo en la nevera mi sirope concentrado y cuando me apetece lo diluyo en agua para tener instantáneamente la mejor de las limonadas. Además me dio por mejorar la receta añadiéndole menta y  el resultado es delicioso y super refrescante.



Ingredientes para el sirope concentrado:
300 g de azúcar
2 limones
40 g de hojas de menta fresca
250 ml de líquidos (el zumo de los limones más agua)
Preparación:
Ponemos en una olla la piel de los limones, bien lavada y pelada de forma que solo pongamos la parte amarilla, sin agregar apenas la blanca, que amarga. Agregamos las hojas de menta bien limpias, el azúcar, el zumo de los limones y el agua necesaria para llegar a 250 ml de líquidos. Llevamos a ebullición el tiempo justo para que el azúcar se disuelva, apartamos y dejamos enfriar (mientras sigue infusionando), primero a temperatura ambiente y luego en la nevera durante toda la noche. A la mañana siguiente colamos la preparación y volvemos a llevarla a ebullición, para luego envasarla en una botella de cristal de ½ litro que habremos hervido previamente, para asegurarnos de que esté perfectamente limpia. Este sirope puede conservarse en la nevera durante un mes.


Cuando queramos disfrutar de nuestra limonada simplemente debemos diluir 1 parte de sirope en 5 partes de agua. Podemos también ponerle hielo o usar el agua bien fría, dependiendo de cuan diluido nos guste el sirope… a mí me gusta con hielo, muy fresquito.