martes, 4 de febrero de 2014

Cupcakes de dulce de leche





Reconozcámoslo: La crema de mantequilla nos supone un problema. Puede que a los norteamericanos les encante, pero a nosotros no. Sin ninguna duda, con un buen “buttercream” y una manga pastelera se pueden hacer virguerías, que no siempre te permiten hacer otras cremas, los cupcakes quedan preciosos y las tartas espectaculares. Pero resulta muy frustrante hacer un cupcake, que alguien lo mire y diga “wow!” (así, en inglés, para estar a tono, nada de “¡guau!”), pero que cuando se lo ponga en la boca dé un primer mordisco, y quite toda la crema de mantequilla para comerse solo el bizcocho. Pero eso es lo que normalmente pasa, me pasa incluso a mí, que soy súper golosa y que me fascina la mantequilla. Porque la crema de mantequilla es demasiado pesada para nuestro gusto, demasiado grasa, demasiado dulce (bueno, este último concepto me cuesta un poco más de entender, ¡je je!). Por eso siempre busco alternativas, y la de la receta de hoy me encanta. No tiene la misma textura que una crema de mantequilla, con lo que no pueden definirse tan perfectos los dibujos de la manga, pero a cambio es infinitamente más ligera, queda buenísima y lo mejor de todo: es taaaaan fácil que la pueden hacer los niños.



Ingredientes para 12 cupcakes:

50 g de mantequilla (sin sal, por supuesto)
150 g de azúcar moreno
1 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
1 huevo grande
150 g de harina
120 ml de leche
1 cuchara pequeña de impulsor o levadura química
110 g de dulce de leche
Más dulce de leche para rellenar
Y para la cubierta:
150 g de queso blanco de untar
150 g de dulce de leche

Preparación:

Batir la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar y la vainilla. Agregar el huevo y el dulce de leche y unir. Añadir la mitad de la harina tamizada con el impulsor, luego la leche y finalmente el resto de la harina.
Colocar las cápsulas de papel para cupcakes o magdalenas en un recipiente apropiado (esto evitará que se deformen) y rellenarlas unas ¾ partes, usando un cuchara dosificadora de helado. Hornear 20 minutos a 170º C.

 
 





 
 









Dejar enfriar sobre una rejilla, para que no se humedezcan. Quitar el corazón de cada cupcake con un descorazonador de manzanas y llenar el agujero con dulce de leche. Preparar la cubierta (o “frosting”) simplemente mezclando el queso con el dulce de leche a partes iguales. 



El queso le quita al dulce de leche ese exceso de dulzor y hace que lo acepten incluso los que normalmente no lo comen porque lo encuentran empalagoso (¿empalagoso? no puedo entenderlo, ¡en serio!). Ponerlo en una manga pastelea con la boquilla que os guste y cubrir el cupcake. Después puede adornarse con lo que os guste, unos “sprinkles” (o sea bolitas y fideos de colores), unas gominolas, o como en este caso unas mariposas hechas con fondant (las he cortado con unos moldes de galletas, les he dado ese toque brillante con unos polvos irisados comestibles, y les he puesto unos detalles de colores con unos lápices pasteleros).



Espero que os gusten. Y si alguno es una excepción y  prefiere sus cupcakes con crema de mantequilla, que lo diga y me pongo manos a la obra.







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