Hoy es el cumpleaños de mi hijo Àlex. Cumple 12 y ya se ha hecho una costumbre que, para su cumpleaños, lleve a la escuela alguna cosa hecha por mí, para compartir con sus compañeros.
Pero este año, como es el último de enseñanza primaria
quería hacer algo que lo representase a él. Su gran afición es la música, y
aunque toca el piano, SU instrumento (así, con mayúsculas) es el violín. Con unos preciosos moldes para galletas con forma de violín, lo lógico hubiera sido
hacer unas galletas, pero tenía ganas de hacer pastelitos (o petit fours) de
chocolate y se me ocurrió que en lugar de hacer unos aburridos pastelitos
cuadrados, los haría con forma de violín.
He utilizado una receta de bizcocho de chocolate que es
infalible y muy fácil, con la que también podéis hacer los mismos pastelitos
cuadrados o hacer un solo pastel redondo, normal y corriente.
Ingredientes:
300 g
de azúcar
110 g
de mantequilla
3 huevos
100 ml de agua
1/2 cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
200 g
de harina
50 g
de cacao en polvo sin azúcar
1 y ½ cuchara pequeña
de bicarbonato
½ cuchara pequeña de impulsor
½ cuchara pequeña de sal
Preparación:
En primer lugar engrasamos el molde en el que prepararemos
el bizcocho y precalentamos el horno a 190ºC.
Unimos el azúcar a la mantequilla batiendo hasta que queden
perfectamente integrados. Yo utilizo el robot, pero con un poco de esfuerzo
puede hacerse a mano. Agregamos los huevos uno a uno, sin dejar de batir y luego el agua y la vainilla.
Por otra parte, unimos los elementos secos: la harina, el
cacao, el bicarbonato, el impulsor y la sal. Tamizamos la mezcla y la vamos
agregando poco a poco a la preparación húmeda anterior, sin dejar de batir,
pero bajando un poco la velocidad.
Una vez la parte seca está perfectamente integrada a la
húmeda vertemos la preparación en el molde engrasado y horneamos entre 50 y 60
minutos a 190º C.
Dejamos enfriar un poco el bizcocho, lo desmoldamos sobre
una rejilla y esperamos a que esté totalmente frío antes de proceder a cortarlo
en porciones, en este caso, en forma de violín.
Cubrimos cada pequeño violín con chocolate derretido (al
baño María, o si lo hacemos con mucho cuidado, al microondas).
Finalmente decoramos cada violín con fondant sabor
chocolate, para lo que utilizamos el mismo molde de galleta. Y terminamos
marcando las cuerdas, las clavijas, las efes, y demás detalles con glasé real.
El glasé real lo hacemos mezclando clara de huevo con azúcar glasé y unas gotas
de limón. Nos quedará blanco, que ya está bien para las cuerdas. Y el resto de
detalles lo hacemos tiñendo el resto del glasé real con colorante comestible
negro. Ponemos cada pastelito en un molde de magdalenas, en este caso alargado
¡y ya está!. Espero que os gusten.
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