¿Habéis
sido buenos? Espero que sí, y que los Reyes os traigan muchos regalos. Pero si
no es así, por lo menos un trozo de Roscón os tocará ¿no? Y si hay suerte, os
toca el trozo que lleva el rey, y os convertiréis en los reyes de la casa. Si
os toca el haba… os tocará pagar el roscón!!! Bueno, pero eso no pasa nunca, y
menos si el roscón lo hacemos en casa. Aquí va una receta deliciosa, mezcla de
un detalle quitado de aquí, otro de allá de diversas recetas que he ido
probando los últimos años. A ver si os gusta.
Ingredientes:
320
g de harina de fuerza
100
ml de leche
12
g de levadura fresca
20
ml de agua de azahar
1
huevo
60
g de azúcar
2
g de sal
30
g de mantequilla fría
Ralladura
de limón y/o de naranja
1
cuchara pequeña de canela
Ingredientes
para el mazapán:
200
g de azúcar
200
g de almendra molida
1
clara de huevo
Preparación:
Comenzamos
por hacer una masa de arranque con 90 g de harina de fuerza, 60 ml de leche y
la levadura. Mezclamos todo, hacemos una bola de masa y la dejamos reposar toda
la noche en un lugar fresco y bien tapada para que no se seque.
A la mañana
siguiente unimos a esta masa de arranque el resto de los ingredientes,
dejándonos para el final la leche y la mantequilla fría. Podemos hacer esta
operación tanto a mano como en el robot. Amasaremos durante unos 10 minutos y
dejaremos reposar la masa en un cuenco, tapada, hasta que doble su volumen. Mientras
tanto preparamos el mazapán, para lo cual simplemente tenemos que unir los tres
ingredientes, amasándolos con las manos hasta formar una pasta que dejaremos
reposar como mínimo ½ hora. Una vez la masa ha doblado su volumen, podemos
estirarla en un rectángulo para poner sobre ella el mazapán, enroscar para
formar un cilindro largo relleno del mazapán y formar luego el roscón uniendo
sus puntas. Pero en este caso yo dividí tanto la masa como el mazapán en
bollitos iguales. Aplasté los bollitos de masa, puse sobre cada uno de ellos el
bollito de mazapán, los cerré e hice como un brioche, boleando la masa. Por
supuesto, dentro de una bola puse un rey, y dentro de otra un haba, que hay que
conservar las tradiciones. Al poner una bola junto a otra formando un anillo podemos
crear un roscón original.
En cualquier caso, tapamos nuestro roscón y lo
dejamos reposar otra vez hasta que doble su volumen. Lo pintamos con yema de
huevo, le ponemos por encima unas almendras fileteadas y un poco de azúcar y lo
horneamos a 180º C durante unos 15 o 20 minutos, hasta que tome un bonito color
dorado. Por supuesto, si os gustan podéis ponerle también frutas confitadas…
yo, como ya os dije en alguna ocasión, no las pongo, porque en mi familia no le
gustan a nadie, y ¿qué obligación hay? ¿no? Qué tengáis todos un final de
fiestas “dulcemente apoteósico” y cargado de regalos.
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