Los
pasteles recubiertos con fondant no tienen por qué ser sosos, ni secos. Pueden
esconder sorprendentes sabores y a veces, en lugar de esconderlos, pueden
incluso estar enseñándonos de que están hechos. Como esta cesta de castañas, elaborada
con dos bizcochos, uno de chocolate y otro con un ligero aroma a castañas, que
está relleno de una crema de mantequilla
de castañas que resulta absolutamente deliciosa. Habla por si solo, así que
vamos con la receta.
Ingredientes
para los bizcochos:
8
huevos
240
g de harina
240
g de azúcar
2
cucharas pequeñas de impulsor
1
cuchara pequeña de vainilla líquida o en pasta
30
g de chocolate
1
chupito de licor de crema de castañas
Preparación
de los bizcochos:
Como
en todo bizcocho genovés, comenzamos batiendo los huevos con el azúcar, en el
robot, enérgicamente y durante un mínimo de 10 minutos, para que incorporen
mucho aire, lo que les dará esponjosidad. Incorporamos la vainilla y a
continuación la harina tamizada y el impulsor, pero lentamente para que no
pierdan volumen. Separamos la mezcla en dos partes iguales para hacer los dos
bizcochos. A una le añadimos el chocolate y a la otra el licor de castañas.
Horneamos ambos en moldes de 17 cm de diámetro, a 180º C unos 30 minutos, o
hasta que estén cocidos (sabéis que no todos los hornos son iguales, y por lo
tanto no tardan lo mismo). Desmoldamos sobre una rejilla y dejamos enfriar
mientras preparamos el relleno.
Ingredientes
para la crema de mantequilla de castañas:
1
clara de huevo
100
g de azúcar
275
g de mantequilla
250
g de crema de castañas (añado la receta)
Preparación
de la crema de mantequilla de castañas:
Ponemos
la clara de huevo y el azúcar en un cazo al baño María, removiendo
constantemente hasta que el azúcar se halla disuelto completamente. Trasladamos
el azúcar disuelto en la clara al robot para montar la mezcla hasta obtener un
merengue. En ese momento bajamos un poco la velocidad del robot y añadimos poco
a poco la mantequilla a temperatura ambiente. Batimos muy bien hasta que se
forme una crema firme. Finalmente añadimos la crema de castañas, lo que hará
que la crema de mantequilla pierda su consistencia, pero si insistimos y
seguimos batiendo, volverá a montarse y quedará firme y deliciosa. La crema de
castañas puede comprarse tal cual, pero también podemos hacerla, de la
siguiente manera:
Comenzamos
por hacer un pequeño corte a cada castaña para ponerlas a hervir unos 10
minutos. Las colamos y pelamos (que es la parte más laboriosa) y las ponemos a
hervir otros 5 minutos más, para que estén lo suficientemente blandas como para
triturarlas y hacer con ellas un puré. Aparte hacemos un jarabe, con 500 g de
azúcar, 180 ml de agua y una vaina de vainilla (estas cantidades serían para
unos 700 g de castañas). Tras un par de minutos al fuego, agregamos el puré de castañas
y cocemos removiendo para que no se pegue, durante unos 10 o 15 minutos, hasta
que veamos que toma color dorado y se espesa. Como sale bastante, lo que no
utilizamos lo guardamos en tarros de cristal mientras aún está caliente. Para
hacer nuestra crema de mantequilla de castañas tenemos que dejarla enfriar
completamente.
Montaje
del pastel:
Cortamos
ambos bizcochos en dos y montamos el pastel comenzando por una capa de bizcocho
de chocolate que mojamos con almíbar y cubrimos con crema de mantequilla de
castañas. Seguimos con una capa de bizcocho de castañas, bañamos con almíbar y
otra capa de crema de mantequilla de castañas. Repetimos exactamente igual con
la otra capa de chocolate y la última de castañas. Cubrimos todo con más crema
de castañas y enfriamos bien antes de decorarlo con fondant.
Para
ello comenzamos haciendo la cesta, con tiras de fondant que iremos cruzando
para imitar el trenzado de la cesta. Cubrimos la parte superior con un cuadrado
de fondant blanco que hará las veces de paño (podemos decorar los bordes para
que parezca más real).
Y cubrimos luego con hojas de fondant de distintos
colores desde el amarillo al marrón, del ocre al burdeos, del crema al
chocolate, y también con castañas hechas de fondant, moldeándolas con pasta marrón, poniéndoles el ombligo y pintándoles vetas marrones tal y como os enseño en
las fotos. Espero que os guste. Hasta la próxima!
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