lunes, 17 de noviembre de 2014

Croquembouche



Hace meses que lo prometí, concretamente cuando hicimos las lionesas. Y ahora que tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina, creo que es el momento ideal para plantearnos hacer un croquembouche, ya que es el postre perfecto para estos días festivos. Seguramente todos sabéis que este nombre tan rocambolesco significa algo así como que cruje en la boca, que es lo que hace el caramelo con el que enganchamos una lionesa con la otra, al meterlo en la boca.



Para elaborarlo, lógicamente tendremos que hacer en primer lugar las lionesas o profiteroles, de las cuales no repetiré la receta, porque ya os la he dado aquí. Tendréis que seguirla fielmente, pero por duplicado, ya que necesitaréis unas cuantas más de las que saldrían con estas cantidades para montar un pastel de tamaño apropiado. También es importante intentar hacerlas todas del mismo tamaño. Una vez frías, las rellenamos con la crema pastelera. Ya os he dado la receta en alguna ocasión, pero como es muy fácil, la repito aquí
Ingredientes para la crema pastelera:
200 g de azúcar
60 g de maicena
4 huevos
1/2 litro de leche
1/2 cuchara pequeña de vainilla
Primero calentamos la leche casi hasta que hierva. Aparte, mezclamos la harina y el azúcar con los huevos y los llevamos al fuego. Añadimos la leche caliente y removemos sobre el fuego hasta que espese. Por último perfumamos con la vainilla y dejamos enfriar cubierta con un film para que no forme una película por encima.


Cuando tengamos las lionesas rellenas, toca hacer el almíbar con las que montaremos nuestro pastel. Para ello necesitaremos:
250 g azúcar
90 ml de agua
Unas gotas de zumo de limón
Simplemente debemos calentar los 3 ingredientes hasta 160-165º C, lo que tardará más o menos unos 25 minutos. Para esto, es necesario tener un termómetro… aish! (o bien ser muy experto en reconocer el punto del almíbar). Una vez alcanzada la temperatura, apartamos el cazo del fuego y con mucho cuidado de no quemarnos montamos la torre de lionesas. Para ello sumergimos en el almíbar las lionesas una a una, procurando que se moje solo la mitad de cada una de ellas. Comenzamos por hacer un anillo con unas 8 o 10 lionesas y vamos disminuyendo en uno el número de las mismas en cada capa que agregamos. Si esto nos parece muy arriesgado, existen unos conos sobre los cuales montar el croquembouche, pero yo no los he usado nunca.


Una vez tengamos la torre montada dejamos que se seque (como ½ hora) y procedemos a decorarla con el mismo caramelo (si se ha solidificado, podemos calentarlo un poco más). Para ello extendemos sobre la mesa un tapete de silicona (o una hoja de papel de hornear) y hacemos sobre él finos hilos de caramelo, utilizando un tenedor. Antes de que se sequen completamente y no podamos manipularlos, los cogemos con cuidado y enrollamos con ellos nuestro croquembouche. Existe otra forma de hacer esto mismo, con la parte de atrás de dos cucharas sobre las que se van extendiendo los hilos, así, en el aire. Es muy espectacular y superdivertido pero después de esto te pasas 2 días limpiando el caramelo que se ha quedado pegado por toda la cocina, así que mejor el tapete de silicona (o el papel)… vamos, yo lo prefiero…


Para terminar podemos adornar nuestra torre de lionesas o profiteroles con unas flores de azúcar, o con lo que más nos guste.

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