Esta mañana me he despertado pensando en un croquembouche… esa delicia
de la pastelería francesa, que se hace enganchando lionesas con caramelo, hasta
formar una torre en forma de cono. Y he pensado que no tenía ningún sentido
empezar la casa por el tejado, que aún no os he explicado mi receta de
lionesas, que lo lógico es experimentar primero con la pasta choux y después
ponernos a construir un pastel con ella. Así que empecemos por el principio, y
hagamos unas lionesas, o profiteroles:
Ingredientes:
125 ml de agua
1 pizca de sal
50 g de mantequilla
100 g de harina
3 huevos
1/4 l crema pastelera para rellenar
Azúcar glasé
Preparación:
Preparar una pasta choux no es difícil, pero si no lo hemos hecho
nunca, a media preparación creeremos que nos hemos equivocado y que tenemos que
empezar otra vez. Por eso pondré fotos de cada paso, para que veamos el aspecto
de la masa y comprobemos que no vamos mal. Para empezar, ponemos al fuego el
agua con una pizca de sal y la mantequilla. Una vez la mantequilla se ha deshecho y el agua empieza a hervir,
agregamos la harina tamizada, poco a poco y removiendo sobre el fuego. Tendrá
este aspecto poco apetecible.
Retiramos del fuego y dejamos que se entibie, pero solo un minuto o dos,
no más, antes de añadirle a la masa el primer huevo, batiendo enérgicamente. Yo
lo hago a mano, pero también puede hacerse a máquina. En este punto, el aspecto
de la masa empeora tanto como esto.
Y agregamos uno a uno todos los huevos, removiendo con mucha fuerza. Ahora
la masa cambia y su aspecto ya nos inspira más confianza.
Ponemos la masa en una manga y hacemos las bolitas sobre una base de
silicona.
Llevamos nuestras lionesas al horno a 190ºC entre 15 y 18 minutos, o
hasta que veamos que no solo se han hinchado, sino que también tienen un leve
color dorado. Las dejamos enfriar sobre una rejilla. Con estas cantidades
saldrán unas 20 lionesas.
Una vez frías yo las rellené con crema pastelera, que es lo más
tradicional y de la que tenemos la receta aquí. Pero, por supuesto, podemos rellenarlas con lo
que nos apetezca: nata, chocolate, dulce de leche, confituras… Para ello
hacemos un pequeño agujero con un palillo a cada lionesa y rellenamos con
nuestra crema favorita puesta en una manga con una boquilla de las largas.
Si no tenemos la boquilla apropiada, también podemos simplemente abrir las lionesas y rellenarlas con una cuchara pequeña, que queda más rústico, pero igual de bueno.
Las espolvoreamos con azúcar glasé y a merendar!... o a hacer un
croquembouche… otro día…
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