La coca de
verduras, o coca de recapte, es uno de esos platos que apetece muchísimo cuando
llegan estos calores (y cuando hace frío también). Debe ser que ya estamos
pensando en la coca de Sant Joan… bueno, próxima entrada… o la siguiente, lo
prometo.
Es de lo más
sano, con todas sus verduritas escalibadas (o asadas) y admite muchísimas variaciones,
ya que podemos agregarle otras verduras, sardinas, setas, butifarras,
embutidos, o lo que nos apetezca… bueno, según los puristas no se le debe
agregar nada que no sea típicamente mediterráneo, pero cada uno que haga en su
casa lo que le apetezca, ¿no? A mí hoy me apetecía que no tuviese nada más que
verduras, así que a las típicas de la escalibada (cebolla, pimiento y
berenjena) solo le he añadido calabacín. Os daré unas cantidades pequeñas, como
para hacer una coca del tamaño de una fuente de horno. Si tenéis invitados y queréis
hacer unas cuantas ¡a sacar la calculadora y a multiplicar!. A ver que os
parece.
Ingredientes:
250 gr de
harina de semifuerza
5 gr de
levadura fresca
5 gr de sal
25 ml de
aceite de oliva
150 ml de
agua (aproximadamente)
1 cebolla
grande
1 pimiento
rojo
1 berenjena
½ calabacín
(o lo que os apetezca que lleve vuestra coca)
Preparación:
Comenzamos
con la masa, uniendo todos los ingredientes, menos las verduras y amasando como
si hiciéramos un pan: es decir, con muchas ganas y un buen rato. Si no tenemos
mucha traza amasando, también podemos golpear la masa. De hecho, como podéis
ver, es prácticamente lo mismo que hacer una masa de pizza. Una vez obtengamos
una masa lisa y elástica, la dejamos reposar, tapada para que no se seque,
hasta que doble su volumen. Mientras tanto preparamos la escalibada. Para ello
lavamos la cebolla, el pimiento y la berenjena, las untamos con un poco de
aceite y las ponemos… debería decir en el horno… pero quiero decir barbacoa…y
la mayoría de la gente las hace en el horno, porque en casa no todos podemos
hacer una barbacoa. Pero si podéis, no dejéis pasar la oportunidad, porque no
hay comparación posible entre el sabor de unas verduras hechas a la brasa y
unas hechas en el horno.
Yo tampoco puedo hacerlas a la brasa, pero como solución intermedia, las pongo en la barbacoa eléctrica. Como veis por el pimiento, dejo que la piel exterior de las verduras llegue a quemarse (no sufráis, que dentro están perfectas). Sé que lo que estoy explicando parecerá una obviedad para quien viva en Cataluña, pero en otros sitios ven salir un pimiento negro de la barbacoa y te dicen “que pena, se te ha quemado”, pero no, por dentro quedan ideales. Cuando las verduras estén listas, las dejamos enfriar un rato, tapadas. Las pelamos y las cortamos en tiras, con los dedos, de forma irregular… nada de sacar la regla y el bisturí, que esto es cocina rústica. Cuando la masa esté lista la estiramos sobre la fuente en la que la hornearemos, utilizando los dedos untados con aceite. Yo puse un poco de papel sulfurizado para asegurarme que no se me quedaría pegada a la fuente, aunque probablemente con tanto aceite, no sea necesario. Y disponemos sobre la masa en primer lugar las verduras escalibadas y luego lo demás que queramos agregarle, en mi caso el calabacín.
Yo tampoco puedo hacerlas a la brasa, pero como solución intermedia, las pongo en la barbacoa eléctrica. Como veis por el pimiento, dejo que la piel exterior de las verduras llegue a quemarse (no sufráis, que dentro están perfectas). Sé que lo que estoy explicando parecerá una obviedad para quien viva en Cataluña, pero en otros sitios ven salir un pimiento negro de la barbacoa y te dicen “que pena, se te ha quemado”, pero no, por dentro quedan ideales. Cuando las verduras estén listas, las dejamos enfriar un rato, tapadas. Las pelamos y las cortamos en tiras, con los dedos, de forma irregular… nada de sacar la regla y el bisturí, que esto es cocina rústica. Cuando la masa esté lista la estiramos sobre la fuente en la que la hornearemos, utilizando los dedos untados con aceite. Yo puse un poco de papel sulfurizado para asegurarme que no se me quedaría pegada a la fuente, aunque probablemente con tanto aceite, no sea necesario. Y disponemos sobre la masa en primer lugar las verduras escalibadas y luego lo demás que queramos agregarle, en mi caso el calabacín.
Salpimentamos, si nos gusta podemos agregarle alguna hierba
aromática (por ejemplo romero, tomillo, u orégano) y añadimos un buen chorro de
aceite de oliva, antes de meterla en el horno, a 250º C durante unos 15 minutos
o hasta que veáis que está perfectamente cocida. Podemos comerla fría, tibia o
caliente, pero lo suyo es comerla mirando al Mediterráneo.
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