Otro clásico de la repostería, que siempre
triunfa es el coulant de chocolate.
Utilizando un chocolate de calidad, el resultado es sublime. No hay
quien se resista a su interior fundido y calentito acompañado de un helado de
vainilla… o de lo que sea! Al de la imagen lo acompañé con un helado de miel y
mascarpone casero y un coulis de frambuesas, pero podéis echarle imaginación y
acompañarlo de lo que os apetezca o de lo que tengáis por casa. De buenas a
primeras, puede parecer complicado lograr ese punto de cocción en el que el
interior queda fundido. Pero esta receta tiene truco… el interior no es masa
cruda, es chocolate; y nos aseguramos que quede fundido pero sin llegar a
integrarse con la masa porque congelamos previamente nuestros moldes. Parece
complicado, pero solo lo parece… ya veréis, al leer la receta comprobaréis que
es mucho más fácil de lo que aparenta.
Ingredientes
250 g de chocolate negro + 12 pastillas o
dados de chocolate negro para el interior
50 g de mantequilla
50 g de azúcar
30 g de harina
6 claras de huevo
2 yemas de huevo
Preparación:
Comenzamos por fundir el chocolate, al
microondas o al baño María, como más os guste, pero poco a poco y con mucho
cuidado de no quemarlo. Una vez fundido, le agregamos la mantequilla troceada y
las yemas de huevo y mezclamos hasta que la mantequilla esté perfectamente fundida.
Aparte montamos las claras a punto de nieve y cuando las tengamos les añadimos
el azúcar integrándola bien. Mezclamos la mitad de las claras con la
preparación de chocolate, con movimientos envolventes para que las claras no se
bajen. Añadimos la harina, mezclamos, y por último el resto de las claras,
uniéndolo todo con mucho cuidado.
Y pasamos a montar los coulant. Para ello
utilizamos moldes como de flan, que pueden ser metálicos, de silicona o
descartables, pero nunca de vidrio o pírex, ya que nuestros coulant
experimentarán un cambio de temperatura drástico, que podría hacerlos estallar.
Untamos cada molde con mantequilla (yo uso
unos pequeños y me salen 12) y enharinamos. Los llenamos hasta la mitad y les
ponemos en el centro una pastilla de chocolate de unos 2 cm, entera, no a
trocitos, ya que el efecto no sería el mismo.
Cubrimos con el resto de la preparación, dejando en cada molde
aproximadamente 1 cm sin llenar, para darle sitio para inflarse en el horno.
Envolvemos cada molde en film transparente o papel de aluminio y los
congelamos, lo cual implica que debemos hacerlos con antelación… pero no lo
veamos como una desventaja, ¡al contrario! Es una gran ventaja, si tienes
invitados, poder preparar el postre el día anterior (o la semana anterior…) y
darle los toques finales en el último momento.
En el momento de comerlos, calentamos el
horno a 220ºC y pasamos nuestros coulant directamente del congelador al horno,
sin descongelar. Para hacerse, necesitarán entre 10 y 15 minutos (dependiendo
del tamaño de vuestras flaneras). Los desmoldamos y los servimos
inmediatamente, calentitos acompañados de helado y/o un coulis.
El contraste de temperaturas, y sobre todo,
el chocolate fundido que sale del interior al partirlo, hacen de este postre un
éxito seguro.
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